No vivimos mucho tiempo, y cuando empezamos a saber algo, o a conocer el modo de descubrirlo, ya nos movemos a toda velocidad, como si esquiáramos, por una pronunciada pendiente nevada, adelantando a unos en el descenso, y cruzándonos con otros que ascienden, y realmente hay poco tiempo para conocerse y charlar. Lo más que podemos hacer es gritar alguna cosa al pasar...
jueves, 17 de octubre de 2013
Arshile Gorky: Una experiencia armenia en la diáspora I
Lic. Maria de la Paz Albarracín
Introducción
Gorky fue, a la vez, un gran pintor y aspirante a poeta. Fue un hombre de muchos estados de ánimo y variadas facetas; supo ser tímido, cálido, exhuberante y temperamental. Fue un padre cariñoso, un maestro compasivo y un estudiante de los grandes pintores del pasado. Arshile Gorky fue un hombre orgulloso y melancólico, que experimentó el sufrimiento y la más extrema pobreza durante sus últimos años en su Armenia natal; secuelas de estos acontecimientos se advertirán constantemente a lo largo de sus obras.
Hombre de muchas contradicciones, Gorky sentía pasión por su herencia armenia y amaba el arte del pasado, pero a su vez, estaba envuelto en una lucha interna para crear una nueva dirección en la pintura. En esa búsqueda, "Arshile Gorky produjo algunas de las más sublimes pinturas de nuestros tiempos" [Waldman, Diane, "Arshile Gorky. A retrospective (1904-1948)", Carol Fuerstein, Nueva York, 1981, p. 60].
Las alusiones a Armenia se vislumbran constantemente a lo largo de su obra, ya sea en la temática, en los títulos de sus obras, en su utilización del color, e incluso en sus propias palabras a través de las cartas enviadas a su hermana Vartoosh. Sinceramente, este es el aspecto que más me interesa analizar. El tema de la identidad de Arshile Gorky es bastante complejo puesto que para él mismo fue un gran problema. Gorky fue un alma armenia que se esforzó por insertarse en su nuevo contexto americano, haciéndose pasar por un exiliado ruso, pero nunca lo logró. Creyó que como Armenio nunca iba a ser aceptado en New York y, por ese motivo, trabajó con ahínco para ocultar su verdadera identidad. Sin embargo, lo que logró con esto fue perderse a sí mismo, transitando duros y angustiantes caminos de adaptación . Arshile, en América, no fue ni americano, ni ruso, ni armenio; fue sencillamente un hombre solo. Por esto se dice que Gorky fue un verdadero "maestro del disfraz", tanto en lo que se refiere a su vida personal como a su trabajo. (continua)
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