lunes, 20 de junio de 2016

Acelga


El nombre de esta humilde verdura, tan poco querida en general por los pequeños, proviene del árabe hispánico assílqa, derivado del árabe clásico silqah, y este a su vez del griego sikelé, 'la siciliana', ya que en esta isla italiana debió de darse especialmente bien el cultivo de la planta, que procede en realidad de Asia. No resulta extraño, por tanto, que también los romanos, que llamaban bēta a la acelga —de ahí el nombre científico de la especie, Beta vulgaris, a la que pertenece también la remolacha—, distinguieran una variedad sícula ('siciliana'). En todo caso, la evolución del término, que puede encontrarse en castellano a mediados del siglo XIII, no deja de ser un magnífico ejemplo de la amalgama de culturas característica del Mediterráneo.

Juan Gil & Fernando de la Orden Osuna

ՄԼ

sábado, 18 de junio de 2016

Taxi Driver

Siempre se ha dicho que Robert De Niro (1943) es uno de esos actores que más prepara sus papeles, casi de una forma obsesiva. Se cuenta, por ejemplo, que para preparar el papel de Taxi driver pasó dos meses callejeando por Nueva York, conduciendo a menudo un taxi y mezclándose con los del gremio. Pues justamente durante aquella preparación, una noche se dio la casualidad de que sus colegas y amigos Martin Scorsese y Woody Allen fueron juntos en taxi a una fiesta y, a la hora de pagar, se quedaron estupefactos al ver quién era el conductor que no había hablado en todo el viaje. Satisfecho con la prueba, De Niro, por supuesto, no les cobró la carrera a sus amigos.

Gregorio Doval.-


ՄԼ

"Descuide, jefe, he empezado a cavar por el lado de los pies"

William A. Hightower era un asesino, pero un asesino lunático. El 2 de agosto de 1921 secuestró a un sacerdote, el padre Patrick E. Heslin, en su casa de las afueras de San Francisco; luego le aplastó el cráneo de un golpe y lo enterró cerca de la playa de Salada, al lado de una valla publicitaria. Hightower renunció al rescate, pero no a la recompensa ofrecida por brindar información acerca del paradero de Heslin. El 10 de agosto, Hightower se personó en casa del arzobispo Hanna para informarle de que había topado con la bufanda de Heslin mientras buscaba en la arena algún alijo ilegal de bebidas. Lo más lógico, según Hightower, es que el cadáver estuviera allí; no sabía exactamente dónde, pero no podía estar lejos. Hightower condujo a la policía hasta la bufanda de la playa, perorando durante todo el trayecto acerca de que había inventado la ametralladora e incluso había llegado a idear un sucedáneo de la fruta confitada. Luego, prediciendo el sitio exacto en que debía estar Heslin, Hightower cogió una pala y puso manos a la obra. «Tenga cuidado —le advirtió el comisario O'Brien—, no vaya a dañarle la cara». Pero Hightower lo tranquilizó: «Descuide, jefe, he empezado a cavar por el lado de los pies».

Gregorio Doval.-

Patagonia

En el curso de su circunnavegación terrestre, Hernando de Magallanes (1480-1521) y su tripulación asistieron a una danza ritual bailada por un indígena techuelche en una playa de una tierra al sur del continente americano. Observando su gran corpulencia y el desproporcionado tamaño de sus pies, decidió llamar a aquella tierra «Patagonia» (es decir, 'tierra de los de la pata grande'). En realidad, los indios no tenían los pies grandes, sino que los llevaban forrados de pieles para defenderse del frío.

Gregorio Doval.-

Yucatan

El explorador español Francisco Fernández de Córdoba (?-1518) desembarcó en 1517 en una península a la que llamó «Yucatán», porque los nativos pronunciaban dicha palabra contestando a su pregunta de cómo se llamaba la costa en la que había desembarcado, lo que le hizo pensar que tal era su nombre. En realidad, «yucatán» quiere decir en lengua maya 'no entiendo' o 'yo no soy de aquí'. Algo así como si a la vuelta de Londres dijéramos que hemos estado en «Aidonanderstán». El primer narrador de esta historia fue posiblemente fray Toribio de Benavente que, al final del capítulo 8 del volumen 3 de su Historia de los indios de la Nueva España cuenta: «porque hablando con aquellos indios de aquella costa, a lo que los españoles preguntaban los indios respondían: "Tectetán, Tectetán", que quiere decir: 'No te entiendo, no te entiendo'. Los cristianos corrompieron el vocablo y no entendiendo lo que los indios decían, dijeron: "Yucatán se llama esta tierra"».

Gregorio Doval.-