Siempre se ha dicho que Robert De Niro (1943) es uno de esos actores que más prepara sus papeles, casi de una forma obsesiva. Se cuenta, por ejemplo, que para preparar el papel de Taxi driver pasó dos meses callejeando por Nueva York, conduciendo a menudo un taxi y mezclándose con los del gremio. Pues justamente durante aquella preparación, una noche se dio la casualidad de que sus colegas y amigos Martin Scorsese y Woody Allen fueron juntos en taxi a una fiesta y, a la hora de pagar, se quedaron estupefactos al ver quién era el conductor que no había hablado en todo el viaje. Satisfecho con la prueba, De Niro, por supuesto, no les cobró la carrera a sus amigos.
Gregorio Doval.-
ՄԼ
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