lunes, 3 de febrero de 2014

Laura a un agente de tránsito:


—Cómo es, ándele, no se lleve la plaquita, para qué le sirve [...] a leguas se le nota lo buena gente. ¿Le han dicho que se parece a Pedro Infante? [El agente, con el ego inflamado le] dejó la placa. Laura, tras hurgar en su bolsa, le dio cincuenta pesos [...y] el agente se fue, feliz, tarareando Amorcito Corazón [...y por supuesto] reímos como locos [II: 53-54].
José Agustín
f: "el libro de los sarcasmos"

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