lunes, 3 de febrero de 2014

Cada lunes y cada martes

Cada lunes y cada martes se armaba el barullo general porque el Lupillo expulsaba unas cacas descomunales que a menudo inutilizaban el retrete del dos [...] No era raro que tal estado de cosas se prolongara durante días debido a que nadie se animaba a utilizar la palita de juguete donada por la Inenarrable para trocear tamaños serotes. [...] ¿Cómo es posible que un querubincito tan tierno arroje un ejemplar de ese calibre? [VII: 175].
José Agustín
f: "el libro de los sarcasmos"

No hay comentarios:

Publicar un comentario