lunes, 27 de abril de 2020

La Carraca, sin Miranda

En la cárcel de las 4 Torres en el arsenal de La Carraca pasó Francisco de Miranda los dos últimos años de su vida, desde 1814 cuando fue remitido allí desde Puerto Rico, hasta que murió el 14 de julio de 1816. 
Tuve oportunidad de estar en ese mismo lugar, en abril de 2013, con Rogelio mi esposo. Habíamos hecho un primer intento en un viaje a Cádiz tres años antes, pero no nos dejaron entrar. Se trata de una instalación de acceso restringido  que pertenece a la Armada española. Con la mediación de la Universidad de Cádiz, logramos hacer la visita, hicimos un recorrido por todo el lugar y estuvimos en el propio cuartico donde Miranda vivió sus dos últimos años de vida. Nada que ver con el cuadro de Miranda en La Carraca, por supuesto. Pero tampoco hay nada que permita reconstruir ni remotamente esa última presencia. Unos ramos de flores plásticas, placas de bronce en las paredes, un catre con la bandera de Venezuela, en un lugar desolador, que se encuentra en ruinas. Nada allí dice algo de Miranda, de sus días y sus noches, todo es ausencia y vacío. El momento más conmovedor de la visita fue cuando me asomé por la ventanita por la cual Miranda se asomaba día a día y veía esa soledad que lo rodeaba. Pude  ver entonces esa misma soledad que lo acompañó hasta el día de su muerte.Fue en ese momento cuando finalmente me pude conectar son su presencia. Todo esto lo cuento en El hijo de la panadera. Las fotos ofrecidas cuando escribí el libro las comparto ahora con ustedes. Allí está una vista del arsenal de La Carraca, otra del piso de arriba donde se encuentra la entrada al cuartico de Miranda, las fotos del interior y la vista desde la ventana donde se puede apreciar  el paisaje que acompañó a Miranda estos dos últimos años. Un recuerdo imborrable. 

Ines Quintero.-

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