"Conversations Overheard at the Mad Hatter's Tea Party"
Toto Aguerrevere-
-No sé qué hacer.
Son siete los mensajes de texto que me enseña en su celular. Cada uno contiene una carga erótica digna de enamorado empedernido. En pocas letras hay palabras de todo lo que le va a hacer, cuánto la va a amar y en dónde la va a tender para hacerla suya. Mensajes de madrugada cuando no se está junto a ella lo cual provocan que el encuentro próximo sea aún más fogoso.
El problema es que el celular donde se encuentran estos mensajes le pertenece a mi mamá. Quien los envía es Domingo, el arregla-todo de mi casa (léase cambiar bombillos, regar matas y correr a hacer cuánto mandado le ordene la Comae Josefa quien todavía no se ha enterado de que la esclavitud en Venezuela se abolió en 1816)...
La solución al misterio de los mensajes románticos es obvia. Mi familia es tan metiche que nosotros sabemos perfectamente cómo se llaman los allegados de quienes muy amablemente nos prestan servicios. Eso lo aprendimos de la Comae Josefa quien cuando se exalta y va a decir una grosería le pide permiso a su difunta madre. Ejemplo: “Por mi madre Dora Guerrero pero el coño de su madre el muérgano que me quitó la novela para encadenarse”. Hace tiempo que Dora Guerrero es la santa patrona de mi casa.
Por metiches es que sabemos que Domingo tiene amores con una señora mayor que se llama igual que mi mamá. Como los mensajes son enviados de madrugada y yo tengo experiencia en mensajes de texto enviados de madrugada con conclusiones drásticas al día siguiente, le digo que simplemente Domingo andaba en una pea cachonda y marcó el nombre de su adorada para decirle lo mucho que la quería, sin darse cuenta que la persona que los recibiría sería su patrona.
Ahora, la diatriba de mi señora madre no es que le hayan mandando mensajes de esa naturaleza (“A esta edad, mi amor, son casi que hasta bienvenidos”, me dice). La cuestión es que no sabe si decirle a Domingo que le mandó los mensajes eróticos por equivocación o hacerse la loca.
-Yo digo que te hagas la loca –le contesto a ella en el almuerzo -. A mí me viene una jefa a decirme que se leyó mi pensamiento quesúo y yo no vuelvo más nunca a laborar.
-Pero es que me da lástima.
-Claro que te tiene que dar lástima, a nadie le gusta que lo agarren escribiendo borracho.
-No, no es eso. Es que si no le digo nada, va a pensar que su novia no lo quiere.
Mi mamá tiene un buen punto. Si no le dice nada, Domingo va a pensar que la novia no quiere nada con él. En cambio si le dice algo, Domingo se va a ir a enterrar la cabeza como los avestruces y después llevar a la novia al Registro Civil a cambiarse el nombre.
Esto de los mensajes no correspondidos es un tema de esta era. Todos hemos recibido un mensajito tipo: “Mi reina, te busco tipo siete”. Eso me da una lástima increíble cuando me llegan. Si yo fuera la reina me encantaría que me buscaran tipo siete. Yo siempre contesto. No les pongo que tienen el número equivocado. Simplemente le escribo: “Listo, Papi. A las siete estoy lista. TQQJ”. SIEMPRE me mandan un corazoncito de vuelta. Yo lo veo como un servicio público. Que nadie diga que yo no mantengo viva las relaciones de la gente anónima.
Los mensajes que sí tengo que contestar honestamente son los trágicos. “Abuelita, voy llegando de La Guaira pero no te voy a poder buscar sino a las cinco”. Ahí paro un peo. “Bien bonito como me tratas. ¿Y ahora qué se supone que yo haga?” Es verdad, si yo fuera de la tercera edad exigiría que me buscaran a mi hora. El casino ilegal o Farmatodo puede ser de 24 horas pero de repente esa doña es tempranera.
Ahora, lo peor son los mensajes equivocados donde se ve claramente que la otra persona le dio un número erróneo para salirse de ese paquetón. Algo tipo “Epa, soy Luis el de la discoteca de anoche. Un placer conocerte, hablamos”. Pobre Luis. Porque decirle que está equivocado y que está hablando conmigo es quitarle todo tipo de esperanza de aquella catira despampanante con la cual se tomó tres rones en la barra de la disco. Enterarse que no hay posibilidad de un segundo encuentro porque la tipa le jugó la carta del número malo es perder la fe en la noche y los encuentros fortuitos. Luis debe volver a la caza. A veces me provoca escribirle diciéndole que si quiere lo acompaño. Por lo menos cuando vea a otra catira que anote su número voy yo después a pedirle a ella que me corrobore su teléfono a ver si le miente al desafortunado Luis.
Pero por lo pronto nuestro tema es con Domingo. Josefa dice que por su madre Dora Guerrero no le digamos hoy porque ella tiene que mandarlo a comprar el Kino y después seguro no vuelve. Ya veremos qué pasa pero de mi parte le pienso decir que eso nos puede pasar a todos. Y luego recomendarle que quizás sea bueno comenzar a decirle “Gorda” a su novia y grabarla en el celular así como está. Mi mamá dice que eso es una pésima idea porque de repente va a pensar que la “Gorda” es ella, pero eso ya es mi mamá enrollándose la vida con los kilos de más. Anónimo o no, todo el mundo merece respuesta. Sobre todo los que todavía se escriben cosas pensando en el amor.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario