Las noches caían una tras otra casi sin darme cuenta.
Y fue así y no de otra manera como noche a noche, sueño a sueño, pasaron los años.
Tras años de noches soñando contigo, cuando te volví a encontrar sentí que no te habías ido.
Pero un día una palabra tuya me devolvió a la realidad.
Recapacité sobre aquello y decidí quedarme con los sueños.
En nuestra mente la perfección existe, y el amado es mejor.
Me marché de tu vida, tú no querías.
Pero tú ya no eras tú.
Así que no te debía explicación.
Si hubieras seguido siendo tú, qué distinto seria todo. Todavía sueño contigo.
Ainhoa Escarti
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